por DAVID VALOIS

¿RÁBANOS O CHOCOLATE? LA HISTORIA CLAVE

En un experimento se reunió a varias personas en una habitación. Unos podían comer galletas de chocolate recién cocinadas y otros solo rábanos. Imagina quién disfrutaba más de la comida…

Después se dio a todos un puzle para resolver. Y lo resolvieron antes… ¡los que comieron rábanos! Porque se rindieron menos que los del chocolate y no pararon hasta conseguirlo. Ya habían hecho el pequeño esfuerzo de comer sano y no chocolate.

Ya estaban en marcha. Ya habían hecho un movimiento. En cambio, los del chocolate, con toda su energía y bienestar tras ese chocolate perdieron.

No influyó la dificultad, el cansancio o el nivel de glucosa (obviamente los que tomaron rábanos tenían menos que los que comieron chocolate). Fue la inercia la que ganó. El impulso de haber hecho antes un pequeño movimiento.

¿Ves ahora el poder de un mini esfuerzo? Elige: no hacer nada o un minipaso. Pero te garantizo que tras el minipaso de morder un rábano luego será fácil seguir comiendo sano… y resolver puzles… y apuntar más alto todavía.




CÓMO UNA RECOMPENSA DE 65 DÓLARES CONSIGUIÓ MÁS QUE UNA DE 1.000

¿Sabías que una recompensa simbólica de 65 dólares puede ser más efectiva que una de 1.000? Motiva más un pequeño premio que un gran premio demasiado lejano. Por eso funciona un sistema de minirecompensas, porque lo puedes tocar. Es real.

Un buen ejemplo es cuando Continental Airlines a mediados de los 90 dijo a cada uno de sus 30.000 empleados que les premiarían con (solo) 65 dólares de Bonus si se encontraban entre las 4 aerolíneas más eficientes a final de año.

Los empleados vieron ese número como algo alcanzable y empezaron a colaborar entre sí. (Tienen razón los que dicen que primero son los empleados, no los clientes. Sin ellos no llega luego la satisfacción al cliente).

Los empleados vieron esos 65 dólares como algo real y desde ese momento se acabó el echar la culpa a otros. Tenían que colaborar. No iban a renunciar a esos 65 dólares tan reales. Y sobre todo: nadie quería fallar porque significaría quitar 65 dólares reales a sus compañeros y verles la cara todos los días.

Podemos perder miles de dólares en malas inversiones y confiar la mitad de nuestro dinero en forma de impuestos a los políticos, pero 65 dólares… ¡que no nos los quiten!

Otras organizaciones también lo lograron con recompensas tan baratas como felicitaciones públicas, los de arriba sentándose con los de abajo preguntándoles por sus ideas o dándoles las gracias… Siempre pequeños gestos.

Minirecompensas para minimejoras. Y minimejoras para grandes mejoras. Inténtalo con los tuyos.



LA MANERA DEFINITIVA DE CONSEGUIR VARIOS BUENOS HÁBITOS A LA VEZ (NO UNO SOLO)

Muchos recomiendan perseguir un solo hábito a la vez. Creen que como no podemos multiplicar la fuerza de voluntad, hay que intentarlo solo con una nueva costumbre cada vez. Madrugar o comer sano o trabajar en cierto proyecto. ¿Pero por qué limitarte a un área y no progresar en otra al mismo tiempo?

Con las micromejoras se puede progresar en varias áreas al mismo tiempo y empezar varios buenos hábitos a la vez. La clave, una vez más, es ir poco a poco.

Puedes avanzar tremendamente en un mismo día madrugando cinco minutos extra por la mañana, haciendo un poco de deporte al mediodía y con una minisesión de lectura rápida por la tarde.

Sólo necesitas pequeñas porciones de minutos para que tu cerebro se acostumbre. Así implantarás rápidamente varios nuevos hábitos.

Así aprendí yo a manejar muchos programas de ordenador a la vez que me facilitaron la vida. Cada día un poco con dos o tres programas diferentes.

Sólo un minuto al día. Así dominé la gestión de webs, programas de utilidades para ser más productivo, taquigrafía y otras habilidades que hoy me hacen la vida muy fácil.


Y también me acostumbré así a hacer deporte, a madrugar y a concentrarme. Todo en uno.

Puedes construirte una base de talentos invirtiendo solo un minuto al día. Decide ahora las habilidades que quieras tener y haz un plan para trabajar un minuto diario en cada uno.

Puedes intentarlo con diez habilidades a la vez. Por ejemplo, un par de programas informáticos que quieras dominar, trabajar en dos nuevos contactos, un deporte, un curso interesante, dos megaproyectos y tres proyectos medianos. Un minuto con cada uno.

Tienes la ventaja de que el resto del día tu subconsciente seguirá trabajando en ellos mientras tú descansas. Y al día siguiente tendrás las ideas más claras y habrás avanzado aún más. Otras veces alargarás un poco ese minuto y darás pasos de gigante. Verás qué cambio.

Las pequeñas mejoras son flexibles y sirven para cualquier proyecto. Encajan en cualquier estilo de vida. Son tu herramienta perfecta para empezar con habilidades y proyectos que hasta hoy solo eran un sueño.

Sin tiempo ni dinero extra.

Publicaciones Similares

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *