En un viaje buscamos zonas para descansar, tomar aire y relajarnos.

Pero algunos eligen seguir cómodos permanentemente y se olvidan del viaje.

Eligen un trabajo gris mientras dicen buscar su vocación, pero se acomodan demasiado en esa zona gris.

Creen, que mientras están buscando algo mejor… pero esa zona de descanso es una jaula de oro.
 
Por eso hoy toca detectar la zona de comodidad, el refugio para tormentas que impide una vida llena de sueños.

Estar resguardado es confortable, pero mortal: “Estoy bien aquí, me quedaré un poquito más. Otro día más no importará.”

Pero otro día se convertirá en dos, y luego en tres y luego en toda una vida.

Y la mayoría se olvidará de que se trata de un viaje y que tiene que seguir.

Hoy es el día en que decidirás salir de tu zona de confort.

Así no pasará de refugio a cárcel. Hoy te librarás del timo de la zona de comodidad. Y de paso de los envidiosos y sus falsos argumentos de que ahí afuera solo esperan cosas malas.
 
 
Para salir de la zona de confort primero tienes que saber las 2 razones por las que estás dentro.

1. Por un lado porque es una jaula de oro que parece cómoda. Pero es demasiado aburrida y demasiado triste. Es como la relación de la que muchos quieren salir, pero nunca dan el paso necesario. Como es más o menos cómoda, pasa la vida y en la vejez miran atrás desesperados: “¿Cómo pude derrochar mi vida así?”

2. Y por otro lado porque crees ser único en tu miedo y te refugias. Crees no ser suficientemente bueno para algo mejor. Pero las dudas y miedos son normales y no hay que hacerles caso. Son puro aire.

Pero los que buscan la comodidad acaban desesperados. Algunos reconocen que están en una cárcel e intentan salir.

Una pequeña idea aquí, un pequeño acto brillante allá, pero nada suficiente para escapar.

Al final les da demasiado miedo la tormenta en un sitio lejano mejor. Y pasa el tiempo y la zona de confort ha ganado la batalla.
 
 

SE TRATA DE SENTIR EL PINCHAZO
Cada vez que quieras abandonar la zona de confort sentirás un pequeño pinchazo.

Es normal, aunque eso bastará a muchos para rendirse y volver a su cómoda celda. Abandonarán al mínimo dolor y adiós progreso. Pero hay que pasar por el pinchazo, primero porque es breve y segundo porque afecta más el miedo al pinchazo que el pinchazo en sí.


Los que han llegado lejos saben que ese pequeño pinchazo no es nada, que desaparece antes de darte cuenta y te da fuerza para seguir.

Reconocen que ellos también buscaron razones para no seguir.
Que también sintieron el miedo.

Pero cuando vieron que los pinchazos eran un precio aceptable decidieron salir del rebaño a pesar de cualquier obstáculo. Se reirían de sus miedos y se desahogarían actuando.

Así transformarían su energía negativa en gasolina. Pero volver a la zona de confort… nunca.


Por eso entrénate no estando nunca demasiado cómodo.

Prueba esa idea nueva, prueba a insistir en ese gran proyecto, prueba a relacionarte con gente nueva, prueba ese deporte, aunque te cueste, prueba a madrugar un poco más, prueba a formarte más.

Prueba, prueba y prueba. Pequeños pinchazos que te harán muy grande.

 
 
SOSPECHA DE LO FÁCIL
Tienes que perseguir lo que te gusta. Esa será tu única filosofía.
Encontrarás obstáculos, pero serán solo pequeñas pruebas para hacerte más fuerte. Será como levantar pesas para desarrollar músculos.

Nunca te rindas por dos razones:
1º Porque persistiendo será fácil.

2º Porque los obstáculos te harán mejor. Te mentalizarás que nada te puede y ahí llegan tus grandes resultados.

¿Ves muchos obstáculos? Pues alégrate porque estás creciendo.

Yo tengo muchos días en que se revelan los asuntos pendientes y nada sale como quiero. Un fuego por aquí, un proyecto clave se retrasa y aparecen gestiones adicionales. Pero sé que es porque estoy avanzando.

Perfecto. Si fuera fácil sospecharía.

A pesar de los obstáculos nunca pierdas de vista tus metas.

Y mientras tanto disfruta por el camino.

Da las gracias por cada problema que surja.

No solo te harás más fuerte que los demás, sino también más hábil.

Si sientes que “esto es demasiado duro,” alégrate.

Tiene que ser duro para que la meta merezca la pena y tú crezcas.
Si es duro vas bien, estás creciendo.

Además, una vez superado el obstáculo (que lo superarás), subirás de nivel para toda tu vida.
Has pasado de pantalla, como en un videojuego. Ahora juegas en un nivel superior.

Pero para siempre. Bajar es imposible.

 
 
LA OTRA VENTAJA DE CRECES ADEMÁS DE AVANZAR Y FORTALECERTE
Cuando te enfrentas a los obstáculos ves que puedes con todo.

Te gusta.

Todo en tu mano.

Ahorras muchos problemas no echando la culpa a nadie porque ves que no se trata de ellos.

Se trata de ti.
Y consigues lo que quieres porque todo depende de ti.
Tu habilidad escondida para llegar alto ya no seguirá escondida.

Ahora verás el líder que tienes dentro y formarás un equipo, porque las dificultades quitarán la máscara de quienes están contigo y quiénes no. Porque crecer es descubrir también a los verdaderos amigos que no envidian tus logros.


Por eso necesitas los obstáculos. Son un regalo para saber quién está contigo y quién no. Si te estancas nunca desenmascararás a los malos, en tu zona de comodidad lo aplazarás eternamente.
Pero si avanzas no te temblará el pulso para elegir a los tuyos.
Reconocerás a los farsantes que se delatarán en las dificultades abandonando el barco.


Cualquier filosofía sólida demuestra que los problemas son oportunidades de hacer algo grande. Superar retos y alegrarte de que salgan nuevos por puro placer. Más crecimiento.

Y no será la meta lo más satisfactorio, sino en quién te conviertes.

por DAVID VALOIS

Publicaciones Similares

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *